Tenerte a
tres metros y distinguirte sin ninguna duda. Tenerte a
dos metros y medio y ver tu sonrisa y sin darme cuenta ya tener yo una en la cara. Tenerte a
dos metros y ponerme a temblar y a reírme sin ningún motivo. Tenerte a
metro y medio y mirarte disimuladamente sin que te des cuenta. Tenerte a
un metro y echar a correr hacia tí. Tenerte a
medio metro y pararme en seco, y acercarme despacio. Tenerte a
unos pocos centímetros y no poder ser capaz de decirte:
TE QUIERO.